Días soleados,
cielos de color esmeralda,
una brisa suave y agradable que mece las hojas,
campos verdes y brillantes al sol,
gente que pasea por las rebosantes calles,
vida que emerge de las casas.
Niños que corren por el parque,
mayores sentados en los bancos,
parejas jóvenes cogidas de la mano,
un nuevo mundo de sosiego y alegría.
Pero los dias lluviosos,
donde el agua inunda,
el frío paraliza
y el paraguas no falta,
las calles se vacían y la gente no sale,
encerrados en el hogar,
disfrutando del mundo de la televisión,
una serie de calidad,
o una película de antaño.
La lluvia,
símbolo de tristeza y depresión,
mundo que se detiene,
con el agua como su único habitante,
campando a sus anchas por la ciudad,
ahora adormecida y gris.
Días lluvioso y soleados,
un contrapuesto de clima y emoción.